12 agosto, 2010

Hoy todavía no había derramado una lágrima por ti, ni por tu ausencia. Intento estar entretenida y acompañada todo el tiempo, para así no poder pensar en que no estás. Ahora estoy sola entre mis sábanas dando vueltas con mi cálido cuerpo. No puedo imaginarme que ya no estarás y que ya no volveré a recorrerte. Ahora cuando me encuentro sola escuchando el silencio de la solitaria noche es cuando me acuerdo de nosotros, de lo vivido y de lo que nos quedó por vivir…
Cada momento y cada palabra corren y pasan por mi cabeza, forman parte de mis pensamientos y no puedo evitarlos, se apoderan de mi, pienso que mi mente conspira y me obliga a revivirlos como si en este mismo instante estuvieran ocurriendo. Pero no, no volverán.

Mi angustia aumenta conforme pienso en ella, no puedo evitarlo. Y me siento vencida en esta lucha por ti. Espero que el tiempo te revele todo y que entonces aprendas de una vez la lección.

Me duele como ha terminado todo esto y me duele el porqué ha terminado.



No hay comentarios: