23 mayo, 2011

Hoy voy a dedicar estas líneas a una de las personas más importantes en mi vida, Tamar. Un día alguien nos dijo que entre nosotras existía un algo especial, una compenetración que muy pocas veces se suele dar así a la primera de cambio. Pero sí, me basto un minuto para darme cuenta de cómo eras, unos días para tomarte un especial cariño y un año para quererte como a una hermana. Juntas hemos vivido multitud de situaciones, a ninguna le ha faltado una sonrisa, y es que a veces nos basta una mirada para entendernos. Me comprendes, te comprendo. Siempre estamos cuando más lo necesitamos y eso es algo que no debe cambiar nunca, para bien o para mal. Porque una verdadera amiga da sin pretender recibir nada a cambio, ayuda e intenta aconsejar sobre los pequeños “problemas” que nos rodean. Llevo días diciendo que muchas de las situaciones y locuras que hemos hecho no hubieran sido iguales si no hubieras estado conmigo, y es que hemos compartido momentos muy especiales para nosotras… Momentos en los que lo que más necesitábamos era un abrazo y una sonrisa la una de la otra. Espero que juntas podamos seguir disfrutando de los placeres que nos da la vida, de esta forma tan especial y que nunca olvidemos el valor que posee esta amistad tan pura como la nuestra.

                                                      Te quiero, por y para.

20 mayo, 2011

Campanilla.



Lo inesperado fue algo insuperable. Pareces feliz, sabes que siempre sonreiré por cada cosa buena que te ocurra. Y que cumplas muchos más, Peter.

17 mayo, 2011

#.

Las cosas siempre esperan su turno. Estúpido resulta pensar que ese momento que nos pareció infinito se vuelve instantáneo y verdadero. Estos pensamientos recorrían mi cabeza, me quedé totalmente quieta en mi habitación quieta. Ahora ya no te toco. No toco tu piel, cálida. No toco tu sonrisa, la primavera.

MGMT

10 mayo, 2011


Un día no hace mucho pensé, Carlos siempre será uno de mis mejores amigos, por mucho tiempo que pase. Porque aunque no le vea todos los días o no nos contemos cada momento de nuestra vida, él siempre estuvo ahí, cuándo quizás más lo necesitaste, cuando cualquier trivial problema, que aparecía como un muñeco de resorte, parecía el supuesto fin del mundo.
Y al igual que estuvimos apoyándonos en esos días, quiero recordarte que por muchos años o cumpleaños que pasen siempre estaré por aquí, para lo que necesites.
TE QUIERO y te deseo un feliz, feliz cumpleaños.

03 mayo, 2011


Allí quedó marcada una palabra junto a nuestros nombres. Miradas. En aquel lugar sacamos la instantánea más bonita, la que quedará ahí siempre, la que hará historia, la que mirarás algún día cuando pase mucho tiempo y dirás…
Llueve, “todas las historias bonitas empiezan en un día de lluvia”. Tus manos. Tus labios. El agua, la humedad.

Me acostumbro cada día voluntariamente o no a tus ojos, no quiero que el plano desde el que te miro deje de existir o mute hacia nuevas formas que me hagan sentirte como algo rutinario.

Mi inexperiencia en aquello que llamamos “fidelidad” me hace temer y pensar una y otra vez si esto está hecho para mí o no. Te soy sincera. No lo sé. No quiero saberlo. Quiero probarme y probarte después a ti, como ese día, como esos días.

Fuera llovía, dentro el ambiente incitaba a los más sucios y cálidos placeres, encendimos velas con palabras, con deseos de dos jóvenes demasiado volátiles, me guiaste, yo solo veía oscuridad. Me quisiste, te quise.

En esos días ninguna otra cosa ajena a nosotros importaba de veras. Tú eras el centro de mi pasión y yo el centro de la tuya. No queríamos acercarnos oscuramente, luz, la mirada no podía romperse ni por un leve parpadeo. Recuerdo el perfume…

He de reconocer que los primeros días llegaba a casa extasiada por las palabras, por las historias, o simplemente por mi curioso cubo de cristal con un caballo negro como tapadera, pero no es de asombrarse viniendo de dos seres como nosotros.  Reíamos mientras una parte de nosotros quería pensar que teníamos la capacidad de manipular el tiempo, las nubes explotaban y bajaban a visitarnos, otros días las ráfagas de viento nos envolvían entre mi cabello y creaban un espacio paralelo al resto del mundo.

Estoy dispuesta a creer. Ahora mi cuerpo te anhela cada instante que estás lejos de él, supongo que será por aquello de la estacionalidad o vete tú a saber porqué motivo. Ni siquiera sé si ahora puedo razonar sobre todo esto o simplemente desvarío como un músico drogado que intenta componer letras y acordes, pero no, no es eso.

Hay momentos en los que intento buscar un porque a todo esto, a estos dos meses, a esta pasión desenfrenada y a estas ganas de verte día tras día, y no consigo encontrar una respuesta cuerda, no existiría. Y es que, quizás, cuando empiezas a buscarle el porqué a las cosas, esas cosas dejan de ser especiales.