30 diciembre, 2012


La melancolía de fin de año.
Dos cero uno dos.
Te me vas y te llevas conmigo todo lo que fuimos.



Escuchar de fondo este final de historia. Hoy es más domingo que nunca.


Querida Catherine: Mi vida empezó al conocerte, y pensé que había acabado cuando no pude salvarte. Me aferraba a tu recuerdo para mantenernos  vivos a ambos. Pero me equivocaba. Una mujer, Theresa, me enseñó que si era valiente y abría mi corazón podría amar otra vez, por muy mal que estuviera. Me hizo  ver que sólo estaba vivo a medias. Aquello me asustó y me dolió. No sabía cuánto la necesitaba hasta la noche en  que la vi irse.
Cuando el avión despegó, sentí que algo se rompía dentro. Y lo supe.
Debí impedírselo. Debí  seguirla a su casa. Mañana navegaré hasta la punta del  viento y me despediré de ti.
Luego iré a buscar a esa mujer e intentaré ganarme su corazón. 
Si puedo, sé que me bendecirás  a mí y a todos. Si no puedo, me sentiré dichoso por haber tenido la suerte de amar dos veces. Ella me dio eso. Y si te digo que la amo tanto como te amé a ti entonces lo entenderás todo.

Descansa en paz, amor mío. Garret.

Un mensaje en la botella.

28 diciembre, 2012

Merci.


El lado oscuro del corazón.

Ana me partió el corazón, 

pero al herirlo lo creó.


Nunca lo entenderías,

mi pobre Ana,

mi querida Ana.


Nunca hubiera podido pagarte lo que hiciste en mí:

iluminaste mi lado oscuro del corazón.

¿Por qué decidiste permanecer pobre,

dejándome a mí tan rico?







16 diciembre, 2012

Rostro de vos - Benedetti.


Tengo una soledad

tan concurrida

tan llena de nostalgias

y de rostros de vos

de adioses hace tiempo

y besos bienvenidos

de primeras de cambio

y de último vagón

tengo una soledad

tan concurrida

que puedo organizarla

como una procesión

por colores

tamaños

y promesas

por época

por tacto y por sabor

sin un temblor de más

me abrazo a tus ausencias

que asisten y me asisten

con mi rostro de vos

estoy lleno de sombras

de noches y deseos

de risas y de alguna

maldición

mis huéspedes concurren

concurren como sueños.

15 diciembre, 2012



Ver el mundo en vertical.


Yo fotografié todo aquello. Porque si existía una certeza, era que todo era finito.
Y ahora duele y por ello sé que es recuerdo. Los recuerdos más profundos son los que laten cuando menos lo esperas, de la forma más dolorosa. Sin avisar.
Siempre te lo di todo, sin medida, sin control y qué mal salió.
Es duro pensar ahora que todo fue fugaz. Una gran broma. La gran broma final. Aunque de tus ojos continuara brotando bondad e ilusión.
Lo vi en tu mirada, lo vi en tus movimientos, lo vi en tu sudor y en el cristal de tus pupilas.
Eso fue amor, amor de locos, amor que hunde y te hace flotar hasta lo más alto. El caos y el descontrol, pero amor, el más puro que pudo existir.
Y sabía desde hacía mucho tiempo que quería romper con todo, olvidar que existió y construir la nada con los restos que quedaron entre mis manos, sangrientas y cortadas.
Ni siquiera hoy, que me creía curada de ti, puedo mirar atrás.