27 julio, 2011

27.

Intentas descansar pero una luz que parpadea como si se secara de observarte, mira. Suena la una, solitaria y fría; entonces todo parece caer en el pozo de los sueños, sueños que al no ser cumplidos nunca caducaran, sueños frescos que se apoderaran de tus entrañas cada mañana, como si fueran un aviso de que cada día que pasa pierdes una oportunidad para volar de aquí.
Desnuda mi cuerpo y vístelo esta vez con caricias interminables, abrígalo con tu lengua, para siempre. Borra mi cara y maquillala con besos calientes, cuídame.
Todo empieza porque no hay dos sin tres, recuérdalo. Te dije, me pican los ojos, que no lloren más, porque al final no querré mirarte.
La balanza, el equilibrio, el más y el menos, ¿lo conseguiremos?
Tú lo congelaste. Ahora lloremos.

23 julio, 2011

Arenal Sound#.

Allá vamos.

Aunque estuviera en rojo, siempre cruzamos.

Tres situaciones, tres caminos en los que tú te convertías en una especie de semáforo. Me explico, los colores guardaban relación con lo que podía pasar entre nosotros:

-Rojo: desaparecías de mi vida.
-Naranja: estarías en ella pero no de forma especial, simplemente uno más.
-Verde: serías el único.

No puedo decirte que me daba igual lo que ocurriera o que simplemente dejaba a la suerte el color de ese semáforo, pero si tenía la certeza de algo, era de que ocurriera lo que ocurriera sufriría menos, porque si algo he aprendido es que el tiempo sana.

Parece que has aprendido la lección, que la has querido aprender esta vez.

Sé que suena raro ante los que me quieren pero sé que hago lo correcto, quizás no para mí pero sí para alguien que me importa. Cambia esta vez, ya no tanto por mí, por ti.

Pero por favor, si ves que a pesar del esfuerzo no puedes remediarte, avísame.

Toda la noche.

Soñadora.



Hoy he tenido un plan, te lo contaré al oído, señorito.

Lolita.


Borges.

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y que una compañía no significa seguridad; y uno empieza a aprender... que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo, uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que, realmente, puede aguantar; que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... Y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace; pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que, en realidad, lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que, aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba ya no tiene ningún sentido.
Pero, desafortunadamente, sólo te darás cuenta con el tiempo.

Lunes.


Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Julio Cortázar- Rayuela.
(…)
No te preocupes, no me he ido,
¿cómo iba a irme sin saber?
Somos el tiempo que nos queda.
Caballero Bonald

15 julio, 2011

Miradas#.

Estábamos cansados y nuestros estómagos no demasiado contentos se encogían en nuestros deambulantes cuerpos de alfiler. Por calles, parques y césped.  Como siempre no importaba demasiado nada ajeno a nosotros. ¿Pero todavía éramos nosotros?

Llevaba días sin sentirte y daba igual dónde. Solo quería soledad compartida. Hemos llorado y hemos sudado, al final hemos terminado fundidos en un soplo de aire, en un grito sostenido, mis dedos apretaban tu espalda y tú buscabas mi mirada entre cabellos mojados y enredados.


Valiente.

13 julio, 2011

Los amantes del círculo polar.



Esta noche te espero mirando al sol. ¡Venga valiente, salta por la ventana!

El gran fracaso.

Estar sola.
En mi antigua clase de ballet, bailar, recordar, llorar y sudar hasta explotar. Hacer que cada movimiento corte el aire o que cada pirueta se convierta en una espiral interminable, como si de una corriente circular se tratase. 
Vestir de negro, música alta como mi moño. 
Sinceramente, una parte de mi piensa que llorar no sirve ni arregla nada, otra lo ve como un impulso inevitable por la pena infinita que siento dentro de mí, muy dentro. 
Ya no me queda nada, si un cuerpo pudiera estar vacío y exprimido se parecería al mío. 
Es curioso ser tan denigrante y pensar “es mentira”, “no ha podido hacerme esto”, “no ha podido acabar con todo”, “no me ha podido mentir de esta forma, me lo prometió”. Pero,. Y solo queda resignarse y aceptar el fracaso, entonces es cuando siento que mi pecho se rompe en mil pedazos y no me salen las palabras del cuerpo, ni siquiera lágrimas, no quedan fuerzas. 
Ahora mi mundo es negro y hostil parece que la luz no aparece por ningún lado, ¿amanece? Da igual, como todo.