Estar sola.
En mi antigua clase de ballet, bailar, recordar, llorar y sudar hasta explotar. Hacer que cada movimiento corte el aire o que cada pirueta se convierta en una espiral interminable, como si de una corriente circular se tratase.
Vestir de negro, música alta como mi moño.
Sinceramente, una parte de mi piensa que llorar no sirve ni arregla nada, otra lo ve como un impulso inevitable por la pena infinita que siento dentro de mí, muy dentro.
Ya no me queda nada, si un cuerpo pudiera estar vacío y exprimido se parecería al mío.
Es curioso ser tan denigrante y pensar “es mentira”, “no ha podido hacerme esto”, “no ha podido acabar con todo”, “no me ha podido mentir de esta forma, me lo prometió”. Pero, sí. Y solo queda resignarse y aceptar el fracaso, entonces es cuando siento que mi pecho se rompe en mil pedazos y no me salen las palabras del cuerpo, ni siquiera lágrimas, no quedan fuerzas.
En mi antigua clase de ballet, bailar, recordar, llorar y sudar hasta explotar. Hacer que cada movimiento corte el aire o que cada pirueta se convierta en una espiral interminable, como si de una corriente circular se tratase.
Vestir de negro, música alta como mi moño.
Sinceramente, una parte de mi piensa que llorar no sirve ni arregla nada, otra lo ve como un impulso inevitable por la pena infinita que siento dentro de mí, muy dentro.
Ya no me queda nada, si un cuerpo pudiera estar vacío y exprimido se parecería al mío.
Es curioso ser tan denigrante y pensar “es mentira”, “no ha podido hacerme esto”, “no ha podido acabar con todo”, “no me ha podido mentir de esta forma, me lo prometió”. Pero, sí. Y solo queda resignarse y aceptar el fracaso, entonces es cuando siento que mi pecho se rompe en mil pedazos y no me salen las palabras del cuerpo, ni siquiera lágrimas, no quedan fuerzas.
Ahora mi mundo es negro y hostil parece que la luz no aparece por ningún lado, ¿amanece? Da igual, como todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario