02 septiembre, 2011

Siempre nuestros.

Parece que se ha vuelto todo un ritual el camuflar nuestros miedos bajo tus sábanas blancas y escuchar esas letras, oh, que letras. 
Entonces suena esa canción y todo se transforma dentro de mí, mis sentimientos afloran como resbaloso sudor por nuestros poros. Me transformo en un ser débil y vulnerable, pero a la vez en el ser más puro y sincero.  
Ayer me decías: “mírame, mírame”, lloraba y no podía ni quería girar la cabeza para mirarte a los ojos. Siempre que lo hago desaparece todo y te siento, aún sin tocarte te siento, aún sin mirarte te siento, aún sin pensarte te siento y aún así quiero más.

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