Llevaba horas sin salir al exterior, y sin respirar aire fresco… ahora que lo he hecho he comprobado que el cielo está como yo, nublado y pegajoso, asquerosamente grisáceo, esta sensación me mata y me quita fuerza.
Hoy no tengo ningún interés en brillar.
Me gustaría andar descalza todo el tiempo, sin mirar al suelo, arriesgarme a clavarme todo lo que se ponga en mi camino y gritar si es necesario, y llorar, y que me duela, porque asi comprobaré que estoy viva, y, que todo duele en esta mierda de mundo.
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