A veces pasan cosas tan raras que asustan. Anoche ocurrió algo,
intento recordarlo y solo miro mis ojos, pero no importa porque minutos más
tarde hablábamos de las últimas palabras que nos diríamos el uno al otro si
fuéramos a morir.
Las lágrimas caían solas, jamás podré calcar de nuevo esas
palabras, porque fueron puras, tan puras que dolían. Sin embargo solo oí
silencio al terminarlas.
Y algo dentro de mí se aparto de ese lugar. Me prometí que debía
aprender a ocultar ciertas cosas, pero siempre volvía a caer mientras me juraba
a mí misma que no debía volver a ocurrir.
Ni siquiera sé que límites sobrepaso ahora porque ni siquiera sé
cuales son los límites.
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