19 mayo, 2012



A veces pasan cosas tan raras que asustan. Anoche ocurrió algo, intento recordarlo y solo miro mis ojos, pero no importa porque minutos más tarde hablábamos de las últimas palabras que nos diríamos el uno al otro si fuéramos a morir.

Las lágrimas caían solas, jamás podré calcar de nuevo esas palabras, porque fueron puras, tan puras que dolían. Sin embargo solo oí silencio al terminarlas.

Y algo dentro de mí se aparto de ese lugar. Me prometí que debía aprender a ocultar ciertas cosas, pero siempre volvía a caer mientras me juraba a mí misma que no debía volver a ocurrir.

Ni siquiera sé que límites sobrepaso ahora porque ni siquiera sé cuales son los límites.

Perdí el equilibrio mientras camina por la estrecha línea que divide mi parte en el mundo y mi parte junto a ti en el nuestro. ¿Qué dónde caí? Creo que a 18 de mayo de este 2012 es absurdo negarlo. Ese es mi fallo.



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