31 enero, 2012

Domingosporlatarde#



Caliente como tu taza de café, fuera el viento azotaba los árboles y removía en ondas los cabellos de los viajeros, paseando. Nos refugiamos de aquello, complicidad y ganas nos atraparon en esa conversación para mi importante, aunque de ello me di cuenta más tarde, cuando ya estaba volviendo a casa. Como olvidar algunas palabras, cruzadas entre dos bocas húmedas, entre dos alientos cálidos que desean encontrarse sin descanso. Reminiscencias de un ayer que todavía no es tan lejano, que todavía podemos perfilar con el recuerdo fresco de nuestras hábiles mentes, y hacerlo contigo es lo que más deseo.

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