Viajando contigo, en ti, a cada parte de tu cuerpo, lascivo, húmedo, inquieto, deseoso… A cada rincón de tu mente tímida, sincera, tierna cuando por nuestras mejillas corren gotas de lluvia.
Sentimientos impensables cuando tan solo éramos un par de locos en busca de nuevos placeres. Era invierno, llovía y con los días comenzaste a abrazarme cada vez más fuerte. Hasta que sentí que ya era una parte de ti. No podía existir nadie en el mundo que me abrazara como tú, no podía existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario