28 febrero, 2013

No voy a decir ni una palabra, mas un recuerdo ha llegado.

Dos ocho y se hizo la luz. Llovía y llueve. Verte del mismo modo, deambulando por la universidad.

En estas semanas la atmósfera que envolvía el espacio me recordaba a los primeros encontronazos y paseos,a las primeras confesiones en azoteas, me recuerda a aquello que comenzamos a crear y que al final parece haber quedado en un cordial saludo.

Parece absurdo pero ha de ser así. Por respeto a lo que fuimos y por respeto a lo que somos ahora. 

Se hubieran cumplido hoy dos años desde ese 28 de febrero. Dos años a tu lado, viviendo, experimentando y conociendo todo lo que nos envolvía.

Pero ya nada tenia sentido e hicimos lo mejor. 

Vienen recuerdos y voces a mi cabeza, las gotas caen en la fría noche y parece que me hablan de ti, de lo que fuimos, cristalinas, aparecen espejismos de imágenes de todo aquello. 

Ser quien fuiste en mi vida me enseñó en parte a ser quien soy.

Eso es un sentimiento de gratitud, de fraternidad. Era lo que más anhelábamos en los últimos tiempos.

Ya no veremos amanecer en azoteas, ya no nos fundiremos en uno, ya no se solucionará todo con una simple mirada, porque hemos avanzado, porque la vida nos ha cambiado, nos ha dado a cada uno lo que parece que merecíamos, y ahora no basta con apostar por algo a medias, ahora no basta con intentarlo una vez más, porque hemos quedado fuera de nuestro círculo, sin días, sin lunes, sin fin.

No hay comentarios: